7/21/10

En la enciclopedia (canción)

A fines de 1997 o principios de 1998, el ciberespacio reunió a un grupo de amigos alrededor de un proyecto musical, "Transfusión", un grupo de jazz-fusión (o sea, de todo pero con el toque jazzero de Toño Malpica al piano). Dejo que lo cuente Toño, hoy multipremiado novelista de ciencia ficción y literatura juvenil y negra, además de ser dramaturgo a 4 manos con su hermano Javier, con obras dirigidas por ambos, desde su página Galofrando:
Al final nos hallamos en la composición y nos quedamos. Surgieron rolas rockeronas y hasta tropicosas que tocamos aquí y allá, hasta que Mauricio huyó a España y el changarro se deshizo.
Transfusión: Toño Malpica, Javier Malpica, Marcela García del Moral,
Óscar Pellicer, Mauricio-José Schwarz, Pablo Marentes
Éramos purititos carnales: Marcela García en la voz, Oscar Pellicer (sobrino nieto del poeta) en los tambores, Pablo Marentes (premio nacional de periodismo, que después perdimos (se metió a la política)) en teclados, Mauricio-José Schwarz en la lira (hoy hace fotografía), Javier Malpica en el bajo y yo merengues en el piano.


Probablemente no hay experiencia artística similar a escribir unas líneas y ver que un músico apasionado como Toño les asigna una música que les viene como guante de fina seda. La última vez que conté, en un breve año escribimos 18 canciones (y años después, comunicados por Internet, otra más para la hija de Marcela). Y no seríamos tan malos cuando, ensayando en mi casa, los vecinos en lugar de protestar nos felicitaban porque les hacíamos pasar un buen rato. Los sábados tocábamos, como corresponde, en un café.

Esta canción reitera uno de mis temas inevitables: la exaltación de la gente común y corriente que es la que hallo verdaderamente importante y siempre he elegido por encima de famosos, ricos, aristócratas y poderosos. Es la gente, MI gente, que en todo el mundo ha levantado los monumentos de los que se ufanan los ricos, la gente que ha creado la riqueza que gozan los inútiles, los que se jugaron la vida en batallas que los generales dicen haber ganado, los que se han enfrentado al poder sin más que la razón, el arte y el deseo de tener justicia, libertad y un gajo de felicidad, que carajo, no es tanto pedir.

EN LA ENCICLOPEDIA
Letra: Mauricio-José Schwarz / Música: Antonio Malpica

Cuando se acaban los nombres
de los hombres
que salen en los diarios
y se escriben los libros de la historia
con la gloria
de aquéllos que vencieron.

Mientras se hacen las canciones,
las naciones
se inventan y se mueren
y en palacios cubiertos de cristales,
generales
posan para una foto.

Coro:
Hay uno y hay cien y hay mil que no cuentan,
que no tienen ni una medalla.
Hay más de cien mil y un millón o cuarenta,
que dicen que no dejan huella.

Que gozan su amor y sufren su ausencia
-ser anónimo tiene su encanto-,
que ríen su risa y lloran su pena,
que no caben en la enciclopedia.

Nos recuerdan diariamente
lo pacientes
que son con nuestras faltas,
de tal modo que vamos descubriendo
y aprendiendo
a pensar lo que debemos.

Y entre estatuas malgeniudas,
muy ceñudas,
de tipos que son héroes,
que le han puesto sus nombres a mi calle
y a mi valle
dejaron sin colores.

Coro:
Hay uno y hay cien y hay mil que no cuentan,
que no tienen ni una medalla.
Hay más de cien mil y un millón o cuarenta
que dicen que no dejan huella.

Que gozan su amor y sufren su ausencia
-ser anónimo tiene su encanto-,
que ríen su risa y lloran su pena
que no caben en la enciclopedia...
... pero caben en la canción,
... pero caben en la canción,
... pero caben en mi canción.